Ecuador: una palabra
que hace poco aparecía en los titulares de los diarios más importantes de todo
el mundo, al convertirse en el escenario
del polémico asilo a Julian Assange, creador de Wikileaks; sin embargo, fuera
de los análisis políticos y morales que pudieran plantearse frente a esta
situación, cabe realizar un concienzudo diagnóstico del panorama comunicacional
y cómo el Presidente Rafael Correa y su equipo de asesores, aprovecharon este
“golpe de suerte”.
Rafael Correa, actual
presidente del Ecuador, goza de gran popularidad entre sus seguidores y opositores,
siempre mostrándose como lo contrario a “lo mismo de siempre”. En sus inicios
ya hizo noticia con su renuncia al cargo de Ministro de Finanzas en el Gobierno
del ex presidente Alfredo Palacio, por no estar de acuerdo con la política
financiera de ese entonces; para luego incursionar de a poco en la política del
país, crear su propio movimiento político (Alianza País) y convertirse en el
presidente de mayor aceptación popular de los últimos tiempos, culminando con
un periodo marcado por los golpes de estado y desestabilidad.
El Presidente Correa se
ha mostrado carismático y cercano al pueblo, ha implementado una política
comunicacional con bases firmes, es así
que su asesor de comunicación tiene rango de ministro estado, y por primera vez,
en la historia del Ecuador, se creó una Secretaría de Comunicación (SECOM), con
un amplio contingente humano que se encargan de mantenerlo enterado de todo
cuanto acontece en su país, y a su vez, retroalimentar a la población.
Se ha planteado debatir
todo y mostrarse como una persona frontal, que no se atemoriza de nada ni de
nadie. Tiene el beneficio de su credibilidad, reputación bien trabajada y
aleccionada, que utiliza todos los sábados para reunir un considerable
número de gente en un coliseo o plaza
pública y hablar, hablar y hablar un
poco más, en contra de lo que él llama “la prensa corrupta”.
Dentro de estos espacios que son transmitidos
en vivo por canales del Estado, y otros muchos más tanto de radio como
televisión, gestión que cabe recalcar es de su departamento de Relaciones
Públicas, pues consigue que varios medios sin cobrar un centavo retransmitan 4
horas de una cadena estatal, aunque obviamente la expectativa es ser retribuidos
con la contratación de espacios con la publicidad gubernamental durante el
resto de la semana, el mes y el año. No parece un mal negocio.
La guerra entre medios
de comunicación en contra del Estado y sus medios oficiales, la continua
desacreditación de sus opositores, a nivel internacional es un régimen que
promueve el Socialismo del Siglo XXI opuesto al gobierno capitalista y
monopolista anglosajon, sus tratos con países
como Irán, Venezuela y China, todos estos antecedentes parecen indicar que la
estrategia planteada es la del protagonista y el antagonista, los héroes y los
villanos de la historia, y entre ellos un buen coprotoganista la Secretaría de
Comunicación. Por un momento la oposición cantó ¡victoria!
El Presidente Correa
derepente se vio inmerso en un juicio en contra de Emilio Palacio, un
editorialista de Diario el Universo, demanda que fue interpuesta por injurias
calumniosas, pero el más calumniado en realidad fue el mismo Rafael Correa, por
toda la opinión internacional por atentado a la libertad de expresión y hasta
la CIDH intervino, cuando el dictamen le salió favorable y tuvo que perdonarle
los 40 millones que le había ganado.
El panorama siguió con
nubes grises cuando se desató un escándalo de narcotráfico dentro de una valija
diplomática, que les dio de comer por varios meses a los políticos de oposición
y a los medios de comunicación, y como estos son tiempos de campaña adelantada
todos quieren pescar a río revuelto.
La campaña de
desprestigio del gobierno ha sido marcada también por tratar de asociar la
inseguridad con refugiados que llegan de otros países para albergarse en el
nuestro y se ha generalizado demasiado diciendo que crímenes y bandas organizadas
son conformadas en su mayoría o totalidad por extranjeros.
Y es allí cuando
aparece en escena Julián Assange, solicitando a la pequeña nación ecuatoriana,
asilo diplomático. Desconozco desde cuando se realizaron los acercamientos o si
fue programada esta petición, ¿cómo se le ocurrió “Ecuador” a Assange? Quizá
varias personas en el mundo escucharon por primera vez ese nombre y buscaron en
Google: ECUADOR
Y si fue un golpe de
suerte no lo sé, me imagino a Julián con una esfera del mundo giratoria,
cerrando los ojos y donde se detenga el dedo índice “allá voy”, pero lo
importante es como esta oportunidad fue bien concebida desde el sistema de
comunicación estatal y como dio se tornó en una vuelta de 180 grados del
pensamiento y la proyección del Presidente Rafael Correa al interior del país e
internacionalmente.
La estrategia: Los
discursos fueron claros y fáciles de asimilar: “El Ecuador es un país que acoge
refugiados, Ecuador es un país de libertad de expresión, Soberanía eso es
Ecuador, no le tenemos miedo a nadie.” La investigación de los medios oficiales
ha sido fuerte y ha generado titulares más llamativos y contenidos más
interesantes, que han sido utilizados por los otros medios para sus
investigaciones y reportajes. Eso le ha dado como resultado al Presidente
ecuatoriano más credibilidad, más popularidad dentro y
fuera del territorio y nos ha puesto en la boca de la comunidad internacional.
El balance de esta historia tiene un ganador y su arma es la comunicación.
Lic. Bruna Salamea Vintimilla
Agosto, 2012
Cuenca, Ecuador
No hay comentarios:
Publicar un comentario